jueves, 5 de marzo de 2015

ACTIVIDAD FÍSICA

Al padecer la EM es muy importante y aconsejable que se tenga una buena forma física a través del ejercicio y la alimentación, no solo por mejorar la calidad de vida del paciente, sino también evitar síntomas como pueden ser el homigueo, poca coordinación, temblores, depresión mental… entre muchas otras.
También proporciona diversión, autoconfianza y sociabilidad. Uno de los propósitos más importantes del blog.
Teniendo un cuidado básico a la hora de realizar los ejercicios, ejercicios moderados, todo lo que aporta en la persona son beneficios y por tanto es muy recomendable para mejorar o retrasar los síntomas de esta enfermedad.
 Ducharse antes y después con agua templada, beber líquido frecuentemente y usar paños frescos durante el ejercicio, son algunas de las medidas que pueden tomarse.
Dependiendo del estado de la persona, estado anímico y fase de la enfermedad se pueden realizar unos u otros ejercicios.

El entorno donde se realice el ejercicio debe ser seguro para evitar accidentes. Como también es aconsejable no utilizar las horas más calurosas del día, ya que al realizar ejercicios es muy común que suba la temperatura corporal de la persona.
En este sentido, la natación y otros ejercicios aeróbicos acuáticos permiten controlar mejor que otros ejercicios el aumento de temperatura corporal.

El ejercicio excesivo hay que controlarlo porque en muchas ocasiones provoca fatiga en la persona.
El ejercicio aconsejable para la enfermedad no solo mejora el nivel de fuerza y equilibrio sino también el sistema cardiovascular, respiratorio e incluso en los trastornos esfinterianos. También ayuda a aliviar el estrés y a mejorar la sensación de la fatiga y el estado de ánimo.

Y para terminar, aquí tenemos un vídeo con algunos ejercicios que podemos hacer tranquilamente para fortalecer los músculos y no perder la movilidad:














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